Arabella by Catherine Coulter

Arabella by Catherine Coulter

autor:Catherine Coulter
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Romántico
publicado: 2000-12-31T23:00:00+00:00


18

"Estupendo, Suzanne", pensaba Arabella. "A mí no se me habría ocurrido una distracción más eficaz. Mi padre se equivocó bastante con respecto a ti, Suzanne. Conque remilgada pequeña tonta y necia, ¿eh? Si pudiera verte ahora, apuesto a que competiría con Justin por tu atención."

Ann, te aseguro que no sé qué hacer con mi pequeña decía lady Talgarth. El orgullo que vibraba en su voz desmentía el gesto de fatiga con que balanceaba los rizos de color arena. Desborda sonrisas y felicidad. Es una beldad, ¿no? Mira esos increíbles hoyuelos, esos ojos tan azules que ni el cielo estival podría competir con ellos. Dos ofertas de matrimonio en su primera temporada, Ann, y mi pequeña sigue haciendo languidecer a los dos caballeros.

Su mirada penetrante descendió hacia la mesa. Arabella, sin duda habrás conocido al joven vizconde Graybourn,

¿verdad? Te aseguro que es un joven muy elegible. ¡Caramba, su padre es el conde de Sanbridge, y muy rico, aunque esto no importa pues lo único que queremos su padre y yo es que nuestra pequeña sea feliz. Y las casas que poseen...

me dijeron que el padre de lord Graybourn posee cinco magníficas propiedades distribuidas por toda Inglaterra. Mi querida hija podría vivir en cualquier sitio que se le antojara en el momento. ¿No te parece afortunada?

Arabella parpadeó, lanzó una rápida mirada a Suzanne y dijo:

Lady Talgarth, no estará hablando de aquel torpe joven casi carente de mentón, ¿verdad?

Suzanne lanzó unas carcajadas plenas y profundas, no la risa educada de una joven dama sino una muy real, que dibujó sonrisas en casi todas las caras que rodeaban la mesa.

Ya ves, mamá: Arabella está de acuerdo conmigo. Bella, has olvidado decir que no tiene más que veinticinco años, y ya tiene barriga. Sé de buena fuente que lord Graybourn se levanta antes del mediodía sólo porque teme perderse el desayuno. Me han dicho que adora los riñones. Eso bastaría para hacerme huir a Francia sin otra cosa que mis enaguas.

¡Suzanne! Bueno, no sólo eso, espero. Eso no es muy amable, querida. En serio, piensa en todos esos adorables vestidos y joyas que podrías tener. Piensa en todas las casas: son cinco, y están distribuidas por todo el país. Cinco, Suzanne.

Pero yo ya tengo todos los vestidos adorables que deseo, mamá. En cuanto a las joyas... Suzanne se alzó de hombros. No me creo capaz de mostrarme amable con lord Graybourn sólo para tener una hilera de diamantes en el cuello.

Suzanne rió mirando a su amiga, y luego alzó una mirada coqueta hacia el conde, apretó los labios, y dijo con toda la picardía de una actriz innata:

Creo que preferiría a un caballero con más experiencia mundana. Quizás, uno que haya tenido entrenamiento militar.., como usted, milord. Un caballero decidido y que, sin embargo, sepa cómo tratar a una dama. Cuán protegida y segura debes de sentirte, Bella.

Soy dos años mayor que el pobre lord Graybourn dijo el conde, sonriéndole a su copa de vino.

Suzanne Talgarth le parecía una desvergonzada.

Arabella, en cambio, a retó los dedos en el tallo de la copa de vino.



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